Y él dijo: Ven conmigo, y ve mi celo por el SEÑOR. Entonces lo hicieron montar en su carro.

Ver. 16. Ven conmigo y mira mi celo. ] Es una buena política unir la amistad con los religiosos: como su consejo era estar de acuerdo con Gregories Austin, si era humilde. a Pero, ¿por qué Jehú deseaba tanto que su celo b fuera notado y notado? La hipocresía es muy ostentosa. Los zánganos hacen más ruido que las abejas, aunque no producen ni miel ni cera. Se informa del Sr. John Fox, que mientras recorría las calles de Londres, una mujer que conocía se reunió con él; y mientras conversaban juntos, ella sacó una Biblia y le dijo que iba a escuchar un sermón; Entonces él le dijo: Si te lo aconsejo, vuelve a casa. Pero, dijo ella, ¿cuándo me iré? A quien respondió: Cuando no se lo digas a nadie.

un acto. y Mon., p. 107. [Sic. (?) Carta de Gregorio I a Austin, Act. y Mon., 131.]

b El celo sincero no desea ser visto por nadie excepto por el que ve en lo secreto.

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