Y se levantó todo el pueblo, pequeños y grandes, y los capitanes de los ejércitos, y llegaron a Egipto, porque tenían miedo de los caldeos.

Ver. 26. Y llegó a Egipto. ] Su cita fue en Belén; donde cuando el profeta Jeremías les había prohibido por Dios que fueran a Egipto bajo pena de destrucción total, sin embargo irían innecesariamente, y lo hicieron: llevando consigo también a Jeremías y Baruc. Jeremías 43: 4

“¡ Ah, docta plus valet arte malum! "

Jeremías, aunque su prisionero, no cesaba de reprenderlos en Egipto por su obstinación e idolatría, y de predecir su destrucción: por lo cual sus ingratos compatriotas lo apedrearon hasta la muerte, como relatan otras historias. Hoc fuit διδακτρον, dice uno. Esta fue la recompensa que recibió ese fiel siervo de Dios por sus cuarenta años de dolores entre ellos.

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