Y comerás delante de Jehová tu Dios, en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu trigo, de tu vino, de tu aceite, y de las primicias de tus vacas y de tus ovejas; para que aprendas a temer al SEÑOR tu Dios siempre.

Ver. 23. Para que aprendas, ] Un hombre no puede conversar con Dios, pero aprenderá algo. Semper a te doctior redeo, le dijo a su amigo. Moisés vino del monte con el rostro resplandeciente. Compárese con Eclesiastés 8:1 .

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