Para que huyera allá el homicida, que matara desprevenido a su vecino, y no lo odiara en tiempos pasados; y que, huyendo a una de estas ciudades, viviera:

Ver. 42. Para que prolongues tus días. ] De ahí que algunos luteranos unos han deducido que Dios no ha determinado el periodo de los días del hombre, pero que está en poder de los hombres para alargar o acortar ellos. Pero esto está en contra de Job 7:1 ; Job 14:14 Ec. 2: 3 Isaías 38:5 ; Isaías 38:15 . Stat sua cuique muere. Nuestros cabellos están contados, mucho más nuestros días.

Ese es el asesino. ] Ver Trapp en " Num 35: 6 " Ver Trapp en " Num 35: 7 " & c.

a Heming et alii.

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