Y llegamos a Jerusalén, y estuvimos allí tres días.

Ver. 32. Y permaneció allí tres días ] Para el refrigerio necesario, después de un viaje tan largo. El cuerpo es el sirviente del alma y, por lo tanto, debe ser tratado con bondad y justicia, ut sit par negoio, para que no esté ni por encima ni por debajo de sus asuntos; pero aun así, reúnanse para ello, Corpus sive corpor, quasi cordis por, id est, puer, sive famulus.

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