Y le dijeron: No, señor mío, sino que han venido tus siervos a comprar comida.

Ver. 10. No, mi señor. ] El mundo ha cambiado mucho desde que se dijeron unos a otros: "He aquí, viene este soñador". Entonces no pudieron encontrar en sus corazones para llamarlo hermano; ahora lo llaman "señor". Dios, cuando le plazca, puede cambiarnos la nota de nuestros peores enemigos. Hay una promesa de que "se inclinarán ante ti con el rostro hacia la tierra, y lamerán el polvo de tus pies". Isaías 49:23

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