Si sois hombres veraces, que uno de vuestros hermanos sea preso en la casa de vuestra prisión; id, llevad trigo para el hambre de vuestras casas.

Ver. 19. Deje que uno de sus hermanos sea atado. ] Al atar a Simeón, hizo descender a Benjamín a sí mismo. Así Dios, al castigar nuestros cuerpos, salva nuestras almas.

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