Él da fuerzas al cansado; ya los que no tienen ningunas fuerzas aumenta las fuerzas.

Ver. 29. Él da fuerzas al cansado. ] ¿Cómo, pues, iba a desmayarse él mismo? ¿O por qué iba a fallarle el corazón a un buen hombre? Los judíos, entre sus bendiciones (de las cuales están obligados a decir cien cada día), tienen esta por una: Bendito sea Dios, que da fuerzas al desmayado.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad