Y di: Oye palabra de Jehová, rey de Judá, que estás sentado en el trono de David, tú, tus siervos y tu pueblo que entran por estas puertas.

Ver. 2. Tú y tus siervos. ] Tus asistentes y oficiales, que, con demasiada frecuencia, son instrumentos malignos. Esto hizo que los cristianos primitivos oraran por el emperador, que Dios le enviara Senatum fidelem, fieles consejeros. a

un Tertul. Apol.

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