Ahora, pues, ¿por qué no reprendiste a Jeremías de Anatot, que se ha hecho profeta para ti?

Ver. 27. Ahora, pues, ¿por qué no has reprendido? ] ¿O el refrenado Jeremías? ¡Pobre de mí! ¿Qué había hecho el profeta justo? Gravó su pecado, predijo su cautiverio; no lo deseó, no lo infligió, sin embargo, debe sufrir, y ellos son culpables. También se culpa aquí a Sofonías por su indulgencia, como el maldito Bonner lo fue una vez por el resto de los obispos papistas, que lo convirtieron en su esclavo de matanza.

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