Porque sucederá en aquel día, ha dicho Jehová de los ejércitos, que romperé el yugo de tu cuello, romperé tus ataduras, y extraños no se servirán más de él.

Ver. 8. Quitaré el yugo de tu cuello. ] La miseria antes mencionada no hizo más que dar paso a esta misericordia, para que pudiera ser aún más magnificada. Que los santos vean de qué, a qué y por qué Jesucristo los ha entregado, y no pueden sino estar agradecidos.

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