Así hemos obedecido a la voz de Jonadab, hijo de Recab, nuestro padre, en todo lo que nos ha mandado, que no bebamos vino en todos nuestros días, nosotros, nuestras mujeres, nuestros hijos, ni nuestras hijas;

Ver. 8. Así hemos obedecido a la voz de Jonadab. ] La obediencia a los padres, en cosas no ilícitas, es muy encomiable. Aristóteles dice: a No es bueno que un hombre esté en desacuerdo con los dioses, con su padre y con su maestro. Leemos acerca de un rey de Polonia que llevaba la imagen de su padre en una placa de oro alrededor de su cuello, y cuando estaba haciendo algún gran negocio, besaba esa imagen y decía: Dios me conceda que pueda observar la orden de mi padre, y no hagas nada indigno de él, etc.

Nosotros, nuestras esposas, nuestros hijos y nuestras hijas. ] Así como ellos mismos fueron obedientes a su padre, también sus hijos les obedecieron, mientras que los niños enfermos son castigados en su posteridad. Uno se quejaba de que nunca un padre había tenido un hijo tan despiadado como él. Sí, dijo su hijo, con menos gracia que verdad, mi abuelo lo había hecho. B

a Mη καλον κρινειν εναντια τοις θεοις, πατρι και διδασκαλω. - Ar. Rhet.

b Estado santo de Fuller .

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