La tierra se conmovió con el ruido de su caída, con su clamor se oyó su ruido en el Mar Rojo.

Ver. 21. En el Mar Rojo, ] es decir, Muy lejos; sin embargo, no tan lejos como dicen los cariñosos talmudistas, se escuchó el grito de la serpiente (cuando los ángeles bajaron y le cortaron las piernas, de acuerdo con la condenación que pasó sobre él, Génesis 3:14), es decir, en todo el mundo.

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