Buscamos la paz, pero no vino nada bueno; y] por un tiempo de salud, y he aquí problemas.

Ver. 15. Buscamos la paz, pero no llegó nada bueno. ] Nuestros falsos profetas simplemente nos han engañado. De modo que las pobres almas, cuando les picaban los sermones de los frailes, se entregaban a las penitencias y las buenas obras, que las paralizaban por un tiempo, pero no podían brindarles ningún consuelo duradero. El alma todavía está lista para cambiar y tiburones en cada esquina para su comodidad; pero eso no será hasta que venga a Cristo.

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