El rey de Jericó, uno; el rey de Hai, que está junto a Betel, otro;

Ver. 9. El rey de Jericó, uno. En este único país de Judea, que no tenía más de doscientas millas de largo y sesenta millas de ancho: no cerca de la mitad de Inglaterra, como lo calculan buenos autores, ¡qué abundancia de reyes encontramos y qué gran multitud de habitantes! Así que aquí en la Inglaterra de antaño, había tantas ciudades, casi tantos reyes. Cuando César entró en esta isla, Kent tenía cuatro reyes que gobernaban en ella: a saber, Cingentorix, Carvilius, Taximagulus y Segonax. Por eso Jerónimo llama a esta isla Fertilem tyrannorum, llena de tiranos.

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