Y cuando lo encontraron al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?

Ver. 25. Rabí, ¿cuándo llegaste acá? ] Esta pregunta la movieron, no tanto para aprender lo que no sabían, como para mostrar lo que sabían antes. Pero dos cosas hacen que un hombre sea verdaderamente virtuoso: las buenas acciones y las buenas intenciones. Finibus non officiis a vitiis discernuntur virtutes, dice Agustín: El fin hace o estropea el acto. Christus opera nostra non tam actibus quam finibus pensat, dice otro. La gloria de Dios debe consumir todos los extremos siniestros, como la luz del sol apaga el fuego, o como la serpiente de Moisés se traga a las serpientes de los hechiceros.

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