¿Qué haremos con las mujeres para los que queden, habiendo jurado por el SEÑOR que no les daremos de nuestras hijas a mujeres?

Ver. 7. ¿Cómo lo haremos por las esposas? &C. ] Toda esta dificultad, dicen nuestros intérpretes, surgió de su gran ignorancia en aquellos tiempos oscuros: porque no tenían otro motivo para perplejos acerca de su juramento, sino detener el clamor de una conciencia supersticiosa: como su juramento era perverso, no estaban obligados en absoluto a guardarlo, etc.

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