Y pondré mi tabernáculo entre vosotros, y mi alma no os aborrecerá.

Ver. 11. Pondré mi tabernáculo. ] El filósofo podía consolarse a sí mismo, que aunque tenía poco más en lo que confiar, sin embargo ενθα και οι Yεοι ιεσιν, Aquí están los dioses conmigo, es decir, sus dioses domésticos. Y él en Plutarco dijo de los escitas, que aunque no tenían música, ni enredaderas entre ellos, sin embargo tenían dioses. ¡Cuánto más se gloríen los santos en la presencia de Dios! Habent omnia qui habent habentem omnia. a

un agosto.

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