Trabajamos, pues, en la obra; y la mitad de ellos sostenían las lanzas desde el amanecer hasta que aparecieron las estrellas.

Ver. 21. Por eso trabajamos en la obra ] Su temor al enemigo no los debilitó, sino que los despertó más bien a una diligencia redoblada.

Desde la salida del sol hasta que aparecieron las estrellas ] El tiempo era precioso; y lo redimieron y mejoraron. La queja común es: queremos tiempo; pero la verdad es Non parum habemus temporis, sed multum perdimus. No lo queremos tanto como lo desperdiciamos. El buen hombre es perdius et pernox, día y noche en sus negocios; y sus pensamientos son los mismos que los del rabino Simeón, Dies brevis est, et opus multum, et operarii pigri, et paterfamilias urger, El tiempo es corto, la tarea grande, los obreros vacilan, el dueño de la casa urgente.

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