Y subieron del tabernáculo de Coré, Datán y Abiram, por todos lados; y Datán y Abiram salieron y se detuvieron a la puerta de sus tiendas, sus mujeres, sus hijos y sus niños pequeños.

Ver. 27. Salió y se puso de pie. ] Como frente a Moisés, y despreciando el juicio amenazaba. Deus quem destruit dementat. Los pecadores empedernidos no hacen más de las terribles amenazas de Dios que los gigantes de las armas de hierro, que él estima como pajitas.

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