Los ojos del SEÑOR guardan el conocimiento, y derriba las palabras del transgresor.

Ver. 12. Los ojos del Señor conservan el conocimiento. ] Es decir, personas conocedoras. Aquellos en el versículo anterior que aman la verdad en sus partes internas, y sostienen que esta es una regla, la Verdad debe ser dicha, como sea que se tome; éstos, aunque sufran por un tiempo, como Daniel en el foso, Micaías en el almacén, sin embargo, la providencia vigilante de Dios los preservará y proveerá para ellos. Él limpiará su inocencia y suplicará por ellos en el corazón de los grandes príncipes, para que encuentren la verdad de este proverbio divino y la falsedad de ese otro tan común entre los hombres, Obsequium amicos, veritas odium parit; La adulación consigue amigos, pero la verdad el odio.

Y derriba las palabras (o asuntos) de los transgresores.] Es decir, de los parásitos de la corte, que hablan sólo cosas agradables, et saepe leonum laudibus murem obruunt, halagador abominablemente, como los de Hechos 12: 21-23 hicieron con Herodes; como hicieron los falsos profetas con Acab. Dios refutará y convencerá sus palabras tranquilizadoras de singular vanidad; también derribará sus asuntos, intentos, prácticas, "como un hombre limpia un plato volviéndolo". 2Re 21:13 Vea en esa garra a Amalecita, 2Sa 1: 4-10 en Ahitofel, Amán, Sejano, etc.

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