Escucha, hijo mío, y recibe mis dichos; y los años de tu vida serán muchos.

Ver. 10. Oye, hijo mío, y recibe. ] Cuán resbaladiza es la edad de un joven, y cuán fácilmente se desliza hacia caminos y compañías pecaminosas que el sabio bien conocía; y por tanto no cesa de inculcar y repetir una y otra vez lo mismo. Liquidae sunt puerorum memoriae.

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