Entonces ella lo agarró y lo besó, [y] con rostro insolente le dijo:

Ver. 13. Entonces ella lo agarró y lo besó. ] Extraña insolencia en esta "mujer extraña", que no tiene su nombre en balde. La esposa de Potifar era una bestia; también lo era Mesalina, la emperatriz, esposa de Claudio, Juana, reina de Nápoles y otras rameras prodigiosas, de esas a las que llaman Borboritae. Hemos oído, dice una grave divina, una de las vírgenes, que en un principio parecía modesta, sonrojándose ante los movimientos de un amor sincero; quienes, una vez corrompidos y libertinos, se han vuelto flexibles a las fáciles súplicas de la falta de castidad; y desde allí atrevidamente lascivo para solicitar a los demás, para prostituirse ante todos los presentes; sí, ya que nuestros casuistas b quejan de algunos guisos españoles, a una inmundicia antinatural.

un Dr. Hall.

b Martín. Vivald., En Candelabro. gorra. de Confes.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad