Mi meditación en él será dulce: Me alegraré en el SEÑOR.

Ver. 34. Mi meditación en él será dulce ] O, sea dulce para él, que lo acepte bondadosamente, aunque sea mezquino y sin valor, a través del olor de Cristo vertido en él.

Me alegraré en el Señor ] Apartando mi corazón de otros deleites viles y vanos, o, al menos, molesto por mi propia torpeza, por no sentirme más afectado por tan inexplicables arrebatos.

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