Pero en ti confié, oh SEÑOR; dije: Tú eres mi Dios.

Ver. 14. Pero confié en ti, oh Señor ] En esta angustia actué mi fe en tu poder y promesas; esto era correcto, y aquello a lo que Dios apuntaba; porque no podemos honrarlo más. De ahí que esté muy celoso de nuestra confianza; tampoco puede soportar que se instale en nuestro corazón un ídolo de celos.

Dije: Tú eres mi Dios ] En la relación más cercana y el más querido afecto, lo que sea que me suceda.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad