Todos mis huesos dirán: Señor, ¿quién como tú, que libra al pobre del fuerte que es para él, y al pobre y al menesteroso del que lo despoja?

Ver. 10. Todos mis huesos dirán: Señor, ¿quién como tú? ] No sólo mi alma, sino también mi cuerpo se unirá a esta alegre aclamación; sí, mis huesos dirán, etc., es decir, cualquier fuerza y ​​vigor que haya en mí, se gastará en celebrar tus alabanzas. O, aunque no me queda nada más que piel y huesos, soy tan pobre que soy mayor y no querré trabajar.

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