Porque el SEÑOR escucha a los pobres y no desprecia a sus prisioneros.

Ver. 33. Porque el Señor oye al pobre ] Él es el rey del pobre, el refugio del agraviado; El emperador Trajano es famoso por esto, que cuando estaba montado para una batalla, se apeó de nuevo para llevar la queja de una pobre mujer que le pedía justicia (Aeli. Spart.); y nuestro Eduardo VI por esto, que le asignaría ciertas horas para sentarse con el maestro de las peticiones, sólo para despachar las causas de los pobres. Dios es mucho más magnificado.

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