9-13 La pregunta que Dios hizo: ¿Qué haces aquí, Elías? Es una reprensión. A menudo nos preocupa preguntarnos si estamos en nuestro lugar y en el camino de nuestro deber. ¿Estoy donde debería estar? ¿A dónde me llama Dios, dónde está mi negocio y dónde puedo ser útil? Se quejaba del pueblo y de su obstinación en el pecado; Solo me queda La desesperación del éxito dificulta muchas buenas empresas. ¿Elías vino aquí para encontrarse con Dios? él encontrará que Dios lo encontrará. El viento, el terremoto y el fuego no le hicieron cubrirse la cara, pero la voz quieta sí. Las almas graciosas se ven más afectadas por las tiernas misericordias del Señor que por sus terrores. La suave voz de Aquel que habla desde la cruz, o el propiciatorio, se acompaña de un poder peculiar para tomar posesión del corazón.

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