21-25 El padre de Amon enfermó, pero lo hizo peor. Cualesquiera que fueran las advertencias o convicciones que tenía, nunca se humilló. Pronto fue cortado en sus pecados, y advirtió a todos los hombres que no abusen del ejemplo de la paciencia y la misericordia de Dios con Manasés, como un estímulo para continuar en el pecado. Que Dios nos ayude a ser honestos con nosotros mismos y a pensar correctamente respetando nuestro propio carácter, antes de que la muerte nos arregle en un estado inmutable.

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