23-29 Dios levantó al profeta Jonás, y por él declaró los propósitos de su favor a Israel. Es una señal de que Dios no ha desechado a su pueblo, si continúa ministros fieles entre ellos. Se dan dos razones por las cuales Dios los bendijo con esas victorias: 1. Porque la angustia fue muy grande, lo que los convirtió en objetos de su compasión. 2. Porque el decreto aún no se había emitido para su destrucción. Muchos profetas habían existido en Israel, pero ninguno dejó profecías por escrito hasta esta edad, y sus profecías son parte de la Biblia. Oseas comenzó a profetizar en el reinado de este Jeroboam. Al mismo tiempo, Amós profetizó; poco después de Miqueas, luego de Isaías, en los días de Acaz y Ezequías. Así, Dios, en las edades más oscuras y degeneradas de la iglesia, levantó a algunos para que ardieran y alumbraran en ella; a su propia edad, por su predicación y vida, y algunos por sus escritos, para reflejar la luz sobre nosotros en los últimos tiempos.

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