8-19 La oración es el recurso inagotable del cristiano tentado, ya sea luchando con dificultades externas o enemigos internos. En el propiciatorio de su Todopoderoso Amigo, abre su corazón, extiende su caso, como Ezequías, y hace su llamamiento. Cuando puede discernir que la gloria de Dios está comprometida de su lado, la fe gana la victoria, y se regocija de que nunca será conmovido. Las mejores súplicas en oración son tomadas del honor de Dios.

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