14-22 No es difícil demostrar que la pureza, la piedad, la justicia, la misericordia, la conducta honesta, la amabilidad hacia los pobres y necesitados, la consideración por ellos y la generosidad de espíritu son agradables a Dios y apropiadas para su pueblo redimido. La dificultad radica en poner atención a ellas en nuestro andar y conversación diarios.

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