11-16 Los primogénitos de los animales que no se usaban en el sacrificio debían ser cambiados por otros que sí se usaban o debían ser destruidos. Nuestras almas están bajo la justicia de Dios y, a menos que sean rescatadas por el sacrificio de Cristo, ciertamente perecerán. Estas instituciones les recordarían continuamente su deber de amar y servir al Señor. De manera similar, el bautismo y la Cena del Señor, si se explican y se atienden, nos recordarían y nos darían ocasión para recordarnos mutuamente nuestra profesión y deber.

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