21-31 El fundamento de piezas masivas de plata mostraba la solidez y pureza de la verdad sobre la cual se fundamenta la iglesia. Consideremos al Señor Jesucristo mientras leemos acerca del mobiliario del tabernáculo. Al mirar el altar del holocausto, veamos a Jesús. En Él, en su justicia y salvación, encontramos una ofrenda completa y suficiente por el pecado. En la fuente de regeneración, por su Espíritu Santo, lavemos nuestras almas y quedarán limpias; y así como el pueblo ofrecía voluntariamente, que nuestras almas también estén dispuestas. Estemos listos para desprendernos de cualquier cosa y consideremos todo como pérdida para ganar a Cristo.

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