15-28 Este emblema fue para mostrar al pueblo que el Señor uniría a Judá e Israel. Cristo es el verdadero David, el antiguo rey de Israel; y aquellos a quienes hace dispuestos en el día de su poder, los hace andar en sus juicios y guardar sus estatutos. Los eventos por venir explicarán aún más esta profecía. Nada ha obstaculizado más el éxito del evangelio que las divisiones. Estudiemos para mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; busquemos la gracia Divina para mantenernos alejados de las cosas detestables; y recemos para que todas las naciones sean súbditos obedientes y felices del Hijo de David, para que el Señor sea nuestro Dios, y podamos ser su pueblo para siempre.

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