26-34 Observe el gran respeto que los hermanos de José le dieron. Así se cumplieron los sueños de José cada vez más. José les mostró gran amabilidad. Los trató noblemente; pero mira aquí la distancia temprana entre judíos y gentiles. En un día de hambre, es suficiente para ser alimentado; pero fueron festejados. Sus preocupaciones y temores habían terminado, y comieron su pan con alegría, considerando que estaban en buenos términos con el señor de la tierra. Si Dios acepta nuestras obras, nuestro presente, tenemos motivos para alegrarnos. José mostró especial respeto por Benjamín, para que él pudiera probar si sus hermanos lo envidiarían. Debe ser nuestra regla, estar contentos con lo que tenemos y no llorar por lo que otros tienen. Así, Jesús muestra a los que ama, más y más de sus necesidades. Les hace ver que él es su único refugio contra la destrucción. Él supera su falta de voluntad, y los trae a sí mismo. Luego, cuando lo ve bien, les da un poco de su amor y les da la bienvenida a las provisiones de su casa, como una muestra sincera de lo que pretende para ellos.

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