35-40 Tan seguro como los cuerpos celestes continuarán su curso establecido, de acuerdo con la voluntad de su Creador, hasta el final de los tiempos, y mientras el mar embravecido lo obedece, seguramente los judíos continuarán siendo un pueblo separado. Las palabras apenas pueden exponer más fuertemente la restauración de Israel. La reconstrucción de Jerusalén, y su ampliación y establecimiento, serán un fervor de las grandes cosas que Dios hará por la iglesia del evangelio. La felicidad personal de cada verdadero creyente, así como la futura restauración de Israel, está asegurada por la promesa, el pacto y el juramento. Este amor divino pasa conocimiento; y para aquellos que se aferran a ella, cada misericordia actual es una verdadera salvación.

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