8-13 Dios puede encontrar a su pueblo donde quiera que estén. El Espíritu de profecía no se limitó a la tierra de Israel. Se predice que Nabucodonosor debe destruir y llevar cautivo a muchos de los egipcios. Así, Dios hace que un hombre malvado, o nación malvada, sea un azote y una plaga para otro. Castigará a quienes engañen a sus profesos o los tentará a la rebelión.

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