23-27 ¡Cuán fácilmente Dios puede desanimar a aquellas naciones que han sido más famosas por su valor! Damasco ceras débiles. Era una ciudad de alegría, que tenía todas las delicias de los hijos de los hombres. Pero los que se engañan a sí mismos y ponen su felicidad en alegrías carnales.

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