5-9 Josué debe tomar la ley de Dios como su regla. Se le encarga meditar en ella día y noche, para que pueda comprenderla. Cualquiera que sean los asuntos de este mundo en los que tengamos que ocuparnos, no debemos descuidar la única cosa necesaria. Todas sus órdenes al pueblo y sus juicios deben ser conforme a la ley de Dios. Josué mismo debe estar bajo mandato; la dignidad o el dominio de nadie lo sitúa por encima de la ley de Dios. Debe animarse con la promesa y la presencia de Dios. No dejes que el sentido de tus propias debilidades te desanime; Dios es completamente suficiente. Te he mandado, llamado y comisionado para hacerlo, y me aseguraré de respaldarte en ello. Cuando estamos en el camino del deber, tenemos razones para ser fuertes y valientes. Nuestro Señor Jesús, al igual que Josué aquí, fue sostenido bajo sus sufrimientos por consideración a la voluntad de Dios y al mandato de su Padre.

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