11-28 Los límites de cada porción se trazaron claramente, y la herencia de cada tribu se estableció. Todos los concursos y reclamos egoístas fueron prevenidos por el sabio nombramiento de Dios, que asignó la colina y el valle, el maíz y el pasto, los arroyos y ríos, los pueblos y ciudades. ¿Está la suerte de algún siervo de Cristo arrojado en aflicción y tristeza? Es el señor; que haga lo que le parezca bien. ¿Estamos en prosperidad y paz? Es de arriba. Sé humilde cuando comparas el regalo con tu propia indignidad. No olvides a Aquel que dio lo bueno, y siempre prepárate para renunciar a su orden.

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