22-27 Los gabaonitas no justifican su mentira, sino que alegan que lo hicieron para salvarles la vida. Y el miedo no era meramente del poder del hombre; uno podría huir de eso a la protección divina; pero del poder de Dios mismo, que vieron comprometido contra ellos. Joshua los condena a la esclavitud perpetua. Deben ser sirvientes, pero cualquier trabajo se vuelve honorable, cuando se hace para la casa del Señor y sus oficinas. De la misma manera, sometámonos a nuestro Señor Jesús, diciendo: Estamos en tu mano, haznos lo que parezca bueno y justo para ti, solo salva nuestras almas; y no nos arrepentiremos. Si Él nos designa para llevar su cruz y servirle, eso no será vergüenza ni pena para nosotros, mientras que el oficio más mezquino en el servicio de Dios nos dará derecho a una morada en la casa del Señor todos los días de nuestra vida. Y al venir al Salvador, no procedemos en una aventura. Estamos invitados a acercarnos, y estamos seguros de que el que viene a Él, de ninguna manera será expulsado. Incluso aquellas cosas que suenan duras, que son humildes y que constituyen pruebas agudas de nuestra sinceridad, serán una verdadera ventaja.

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