23-26 Aquí se alaba la eterna misericordia de Dios por la redención de su iglesia; en todas sus glorias y todos sus dones. Bendito sea Dios, que nos ha provisto y nos ha dado a conocer la salvación por medio de su Hijo. Que podamos conocer y sentir su poder redentor, para que podamos servirlo en justicia todos nuestros días. Que el que da de comer a toda carne, alimente nuestras almas para la vida eterna y avive nuestros afectos por su gracia, para que podamos dar gracias y alabar su santo nombre, porque su misericordia perdura para siempre. Rastreemos todos los favores que recibimos a esta verdadera fuente, y ofrezcamos alabanzas continuamente

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