12-22 Todos los movimientos y operaciones de las almas de los hombres, que los mortales no conocen sino ellos mismos, Dios lo sabe mejor que ellos. Sus corazones, así como sus tiempos, están todos en su mano; él formó el espíritu de cada hombre dentro de él. Todos los poderes de la criatura dependen de él, y no son de ninguna cuenta, de nada sirve, sin él. Si aseguramos el favor de Dios hacia nosotros, entonces no debemos temer lo que sea que esté en nuestra contra. Debemos darle la gloria de su gracia especial. Todos los dispositivos humanos para la salvación de nuestras almas son vanos; pero el ojo vigilante del Señor está sobre aquellos cuyo temor consciente de su nombre proviene de una esperanza creyente en su misericordia. En las dificultades serán ayudados; en peligros no recibirán ningún daño real. Los que temen a Dios y su ira, deben esperar en Dios y su misericordia; porque no hay vuelo de él, sino volando hacia él. Que tu misericordia, oh Señor, sea con nosotros; tengamos siempre el consuelo y el beneficio, no de acuerdo con nuestros méritos, sino de acuerdo con la promesa que nos has dado en tu palabra, y de acuerdo con la fe que tienes por tu Espíritu y la gracia forjada en nosotros

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