Ninguno como él - En cuanto a la altura de su estatura corporal, que era en sí misma encomiable en un rey, y una especie de indicación de grandes dotes de mente. Dios salve al rey - Heb. que viva el rey; es decir, largo y próspero. De esta manera lo aceptan como su rey y le prometen sujeción. Ninguno será al final perdedor por su humildad y modestia. El honor, como las sombras, sigue a los que huyen de él, pero huye de los que lo persiguen.

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