Con el dedo de Dios - Inmediatamente y milagrosamente, lo cual se hizo no solo para procurar una mayor reverencia a la ley, sino también para significar que es obra de Dios solamente escribir esta ley en las tablas del corazón de los hombres. En el día de la asamblea - Es decir, cuando el pueblo fue reunido por mandato de Dios al pie del monte Sinaí, para escuchar y recibir los diez mandamientos de Dios de su propia boca.

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