Algunos piensan que esto se refiere solo a la primera enumeración de ellos, cuando se instaló el tabernáculo, y que este impuesto era para compensar lo que faltaba en las contribuciones voluntarias. Otros piensan que sería siempre cuando las personas estuvieran contadas; y que David se ofendió al no exigirlo al contar al pueblo. Pero muchos de los escritores judíos opinan que iba a ser un tributo anual; sólo que se inició cuando Moisés contó al pueblo por primera vez.

Este fue ese tributo, dinero que Cristo pagó para no ofender a sus adversarios. El tributo a pagar era de medio siclo, unos quince peniques de nuestro dinero. En otras ofrendas, los hombres debían dar según su capacidad, pero esta, que era el rescate del alma, debía ser igual para todos; porque los ricos tienen tanta necesidad de Cristo como los pobres, y los pobres le son tan bienvenidos como los ricos.

Y esto debía pagarse como rescate del alma, para que no hubiera plaga entre ellos.Por este medio reconocieron que habían recibido sus vidas de Dios, que habían perdido sus vidas por él, y que dependían de su poder y paciencia por la continuación de ellos; y así rindieron homenaje al Dios de sus vidas y desaprobaron las plagas que sus pecados habían merecido. Este dinero se empleó en el servicio del tabernáculo; con ella compraban sacrificios, harina, incienso, vino, aceite, combustible, sal, vestiduras sacerdotales y todo lo que interesaba a toda la congregación.

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