Rebeca está aquí tramando procurar la bendición para Jacob, que fue diseñada para Esaú. Si el fin era bueno, los medios eran malos y de ninguna manera justificables. Si Esaú no cometió un error al privarlo de la bendición, ya que él mismo la había perdido al vender el derecho de nacimiento, sin embargo, Isaac, aprovechándose de su enfermedad, se equivocó al imponerle: Jacob, a quien ella enseñó a engañar, poniendo una mentira en su boca.

Si Rebeca, cuando escuchó a Isaac prometer la bendición a Esaú, se había acercado a él, y con humildad y seriedad le había hecho recordar lo que Dios había dicho acerca de sus hijos; si ella le hubiera mostrado además cómo Esaú había perdido la bendición, tanto al vender su derecho de nacimiento como al casarse con esposas extrañas; Es probable que Isaac hubiera sido convencido para conferir la bendición a Jacob, y no era necesario que así lo hubieran engañado. Esto había sido honorable y loable, y habría quedado bien en la historia; pero Dios la dejó sola para que tomara este curso indirecto, a fin de tener la gloria de sacar el bien del mal.

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