Disuelto: el sol, la luna y las estrellas. Tan grande será la confusión y consternación de la humanidad, como si todo el marco de la creación se rompiera en pedazos. Es habitual que los escritores proféticos, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, representen calamidades grandes y generales, en palabras y frases, según corresponda debidamente al día del juicio; como, por el contrario, las gloriosas liberaciones del pueblo de Dios, en tales expresiones, también concuerdan propiamente con la resurrección de entre los muertos.

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