Diciendo: Porque esta era la casa de Dios, se jactaban de que él no permitiría que los caldeos la destruyeran, por eso el profeta les advierte que no se engañen a sí mismos, confiando en el templo y sus edificios, como los dos atrios y la casa, y santo de santos implícitos en la palabra estos, que por así decirlo señala con el dedo. El énfasis, en esta triple repetición, parece relacionarse con los alardes confiados y reiterados del templo que tenían en la boca. Estos: el profeta que está parado en la puerta por la que entró la gente, por así decirlo, señala los varios edificios pertenecientes al templo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad